En lo tocante al espectáculo en sí, con dar los nombres de quienes actuaron es fácil hacerse una idea del nivel: Coz, Casablanca, Sherpa, Asfalto y Obús. Nombres clásicos del rock duro y rock urbano españoles. Abrieron el concierto dos grupos nuevos y no demasiado conocidos al menos por mí: Boletus y Motociclón. Motociclón tienen su hueco en MySpace. De Boletus por desgracia no he encontrado información. Si alguien puede hablar sobre ellos, ya sabe dónde se ponen los comentarios.
Al parecer (aunque no es seguro), el "Nos Va La Marcha" no se quedará en un único concierto, sino que se llevará a cabo una gira por España. Es de suponer que en cada concierto actuarán, como en Madrid, grupos consagrados más alguno de la zona donde se celebre, lo que recupera el espíritu del Rocktiembre original de músicos jóvenes y grupos nuevos.
Sin desmerecer a Boletus y Motociclón, vamos a ver qué tal les fue a las estrellas, todas formaciones históricas, aunque, por otra parte, ninguna mantenía todos sus miembros originales.
Empezando con Coz, Juan Márquez sigue con su bajo y su voz dándole la personalidad a la banda, apoyado por el mítico Enrique Ballesteros en la batería, que ya formó parte de Coz en una etapa anterior. A las guitarras tenemos a Miguel Ángel López Escámez, con un aspecto ochentero que nos recuerda los buenos tiempos del heavy, y a Antonio Tejada. Ocupándose de las teclas Juan Olmos. La biografía de Coz con sus continuos cambios de formación y enfrentamientos entre sus miembros es lo más parecido a una telenovela sudamericana, así que quien quiera conocer su historia más a fondo puede leer la biografía de su página oficial. Eso sí, que lo haga con lápiz y papel porque sin un esquema se perderá entre tantas idas y venidas de componentes.
Curiosamente, Coz fue el único grupo que actúo en el Rocktiembre de 1978 y ha repetido en esta conmemoración, pero con la particularidad de que ninguno de los miembros actuales era componente del grupo en el año 78. Juan Márquez, que ya había pertenecido a la banda y Cutu de la Puente, que lo hizo un tiempo después, actuaron también en ese festival, pero bajo el nombre de Mad. En resumidas cuentas, componentes y grupo tocaron, pero cada uno por su lado. Sin embargo, los guitarristas de Coz de 1978, los hermanos de Castro, sí actuaron ese año como Coz y posiblemente lo hagan bajo el nombre de Baron Rojo en algún concierto de la gira de 2008 (si finalmente se lleva a cabo), pues su nombre es uno de la lista de grupos incluidos en el festival junto con otros cuantos que no aparecieron en Madrid.
Aunque Coz interpretó su repertorio tradicional y más conocido, el sonido poco tuvo que ver con ese estilo de "rock duro filtrado" impuesto por CBS para publicar sus trabajos. A pesar de los años, tanto Juan como Enrique siguen en forma, como esperemos que demuestren en su próximo disco, ya en preparación. En su página ofrecen una muestra de sus composiciones actuales. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
Tras Coz aparecieron Casablanca. Otro grupo respetable cuyo origen se remonta a 1980, cuando se hacían llamar Mamut.
De sus miembros originales (Carlos "Nano" Hervás al bajo y la voz, Pachi Escolano a la guitarra y Pepe Rodríguez a la batería), solo continúa Carlos Hervás. Para grabar su primer disco en 1985 se unió al grupo, sin abandonar su militancia en Topo, el batería Terry Barios, pero cambiando ese instrumento por la guitarra y la voz. En ese trabajo también estuvieron presentes Azucena, cantante de Santa, y Víctor Ruiz, teclista compañero de Terry en Topo.
He querido citar a estos tres músicos juntos porque se da una triste coincidencia y es que ninguno está ya entre nosotros. La muerte de Azucena y Víctor pasó sin pena ni gloria fuera del ámbito roquero, pero en el caso de Terry, sus muchos amigos sí le hicieron una despedida a lo grande con un concierto histórico.
Como sucede con Coz, la biografía del grupo parece más una tragedia griega que la vida de una banda de rock, aunque en este país los dos conceptos suelen ir muy unidos. Y una de las consecuencias es la imposibilidad de encontrar trabajos suyos en el mercado salvo dos excepciones: su último disco, recién parido, y que debería ser fácil de adquirir, aunque yo no lo he conseguido, y la reedición de Rock' n' Roll en el Bar de Rick (con solo 500 copias a la venta) de 1986. Leyenda Records, compañía empeñada en rescatar del olvido los trabajos discográficos producidos en estos últimos veinte años más o menos en el ámbito del rock duro español, ha puesto a la venta una cuidada edición que contiene, además de los temas originales rescatados de las cintas de estudio (nada de vinilos digitalizados), grabaciones inéditas y un libreto con comentarios de los mismos integrantes del grupo.
La formación actual, aparte de Hervás en el bajo, cuenta con Nacho Ruiz y Marisa de la Plaza en las guitarras, José Manuel Fernández, que ya fue parte del proyecto en anteriores etapas, a la batería y Juanjo Temiño cantando.
Quizá me he enrollado demasiado con la historia del grupo cuando debería haber hablado más de su actuación, pero poco se puede decir, pues lo más destacable es que siguen siendo Casablanca y que todos los músicos cumplieron a la perfección. Durante el concierto desgranaron sus temas clásicos (aunque con un estilo más duro que el de las versiones enlatadas) más alguno de su nuevo disco, a lo que añadieron un momento emotivo con la versión de Vallecas 1996 de Topo en homenaje al gran (en todos los sentidos) Terry Barrios.
Al parecer han vuelto para quedarse y ya llevan unos cuantos conciertos a sus espaldas con esta formación, así que habrá más oportunidades de disfrutar de su música en directo.
Otro rápido cambio y llegó el turno de José Luis Campuzano Sherpa.
Y aquí se produce una situación curiosa: cuando Coz grabó su primer disco estaba formado por los hermanos De Castro (Carlos y Armando) a las guitarras y Juan Márquez al bajo. Tras la separación, los hermanos formaron Barón Rojo junto a Sherpa como bajista y Hermes Calabria a la batería. Y en este concierto encontramos a Coz por un lado y a Sherpa y Hermes por otro. Barón Rojo, con Gorka Alegre y Rafa Díaz acompañando a Armando y Carlos de Castro, figuraba en el cartel inicial pero no tocó. Queda preguntarse si fue por cuestión de horarios o si hay algo más.
En fin, dejemos las elucubraciones.
La historia de Sherpa en lo que a música se refiere viene de lejos, y puede enorgullecerse de haber militado en dos grupos históricos: Módulos y Barón Rojo.
Después de su salida del segundo siguió inmerso en el mundo de la música como productor y compositor y haciendo trabajos para televisión y publicidad, hasta que en 2004 decidió desempolvar su vena roquera y grabar Guerrero en el Desierto, un disco considerado autobiográfico donde mezcla rock duro con otros estilos más tranquilos y que contiene además una crítica feroz, Flor de Invernadero, al famoso Operación Triunfo y sus productos prefabricados. En este tema se hace acompañar de otros músicos de rock españoles como Julio Castejón y Fortu Sánchez, también hartos de verse desplazados por unos artistas de usar y tirar.
Junto a Sherpa actualmente encontramos al ya citado Hermes Calabria en la batería, a Luis Cruz y Raúl Rodrigo en las guitarras y Jordi Longán a los teclados. Aunque de origen uruguayo, Hermes Calabria forma parte de la historia del rock nacional desde que inició su andadura en este país acompañando al argentino Moris, y Luis Cruz también es un ex de categoría, ya que formó parte de Topo en su última época.
Cerrando los ojos teníamos delante a los Barón Rojo de la primera y más conocida época, pues Sherpa incluye en su repertorio algunos de los temas más conocidos de la banda, compuestos por él en su etapa Barón.
Llegado el momento de Flor de Invernadero se echó de menos la participación de Julio Castejón de Asfalto y Fortu Sánchez de Obús, grupos también presentes en esta velada de rock, pero la felicidad completa no existe.
Igual que ocurrió con las anteriores actuaciones, todos los músicos lo bordaron, y un pequeño incidente con la batería, que se solucionó rápidamente, no enfrió los ánimos de los asistentes, que disfrutaron como locos coreando las versiones de los viejos éxitos de Barón Rojo.
La noche había caído y el anfiteatro estaba hasta arriba (según parece llegaron a pasar por allí hasta 10.000 personas). Lo que había empezado como una tarde de música se convirtió en un concierto en toda regla con el personal apiñado al pie del escenario, alzando el puño, coreando cada tema interpretado e impasible a la lluvia, que durante un rato también quiso escuchar rock.
Los siguientes en demostrar que los años no te hacen más viejo (si acaso más voluminoso) fueron Asfalto, con Julio Castejón al frente.
La inicial contrariedad de que Julio fuera el único componente que quedaba de todas las formaciones clásicas del grupo, quedó paliada por el acierto a la hora de rodearse de buenos músicos que mantienen vivo el espíritu Asfalto.
Como para hablar de este grupo habría que escribir un libro, os dejo que descubráis en su página oficial y en la de Julio Castejón la historia y trabajos de la banda más representativa del rock urbano en España ý que, además, al escindirse, dio lugar a otro grupo emblemático e imprescindible para quien quiera conocer el rock que se hizo en este país a partir de los años 70: nada menos que Topo.
La formación actual se compone de Julio Castejón a la guitarra y la voz (y algún que otro teclado), Raúl Santana en la otra guitarra y voz, Juanvi García al bajo, Viti Ilarraza en la batería y Carlos Parra en los teclados.
Tras la desaparición de Asfalto en 1995, Julio Castejón se dedicó a labores musicales fuera del escenario, que volvió a pisar como Julio Castejón y los Trípodes unos años más tarde. Otro nombre pero un estilo similar. Asfalto seguía presente.
La resurrección de Asfalto se produjo después de muchas dudas por parte de Julio. En realidad el grupo ya había vuelto, pero con otro nombre. Y solo faltaba el paso final, desde mi punto de vista, inevitable, pues no creo que ningún seguidor de Asfalto pudiera ir a un concierto a escuchar a Arihan tocando Días de Escuela o Rocinante.
Así que Nos Va La Marcha contó con Asfalto, sin más. Hubo algún problema técnico y Julio se excusó (innecesariamente) por una gripe que al parecer no le permitió dar todo lo que hubiera querido (yo al menos no noté la gripe por ningún sitio). A pesar de los pequeños contratiempos no se le borró la sonrisa durante la (demasiado corta) actuación y nos hizo dar un salto al pasado con Días de Escuela, Rocinante, La Paz es Verde o Más que una Intención, además de presentar parte del nuevo trabajo del grupo, ya a la venta pero, como sucede con el de Casablanca, difícil de encontrar en las tiendas habituales.
Entre cambios de guitarra de Castejón según el tema a interpretar e incluso un salto a los teclados, Asfalto terminó su actuación. Y se marchó como se marchan los grandes, los cinco juntos delante del escenario saludando a un público que espera que sigan en la brecha muchos años.
Y llega la apoteosis final. No sé si habría habido alguien más apropiado para cerrar este desfile de leyendas, pero Obús seguramente hubiera estado entre los pocos candidatos posibles. Hasta ahora, y sin pretender hacer de menos a nadie, habíamos visto un festival de música, es decir, grupos tocando y, entre uno y otro, el correspondiente cambio de instrumentos, pero Obús nos ofreció todo un concierto, derrochando luz, efectos pirotécnicos y una energía que podría haber mantenido encendido el alumbrado público toda la noche.
Fortu a la voz y Paco Laguna a la guitarra son los dos únicos miembros del cuarteto original. Actualmente les acompañan Nacho García, experto en videojuegos y técnico de sonido de Onda Cero además de bajista, y Carlos en la batería.
Los años solo han conseguido cambiar el aspecto externo de los componentes más veteranos, la fuerza interior es la misma y el escenario, personalizado mediante un gran telón con el nombre del grupo y dos paneles laterales, se les quedaba pequeño. Fortu, que recordaba mucho en su aspecto a Ozzy Osbourne, no paró de moverse y enrollarse con el público. Paco sacó de la guitarra todo lo que tenía dentro y Nacho García, personaje peculiar y muy divertido, mantuvo alto el nombre de Obús. Solo faltó que el batería se echara su instrumento al hombro y se dedicara también a correr de un lado a otro.
El grupo hizo un recorrido por toda su discografía entre juegos de luces, explosiones y posturitas y bailecitos de Fortu, que, para demostrar su buena forma física, acabó haciendo el pino en mitad del escenario.
Como en todo concierto que se precie se retiraron para volver con varios bises y terminaron la actuación haciendo subir al escenario a todo el público que cupiera en él. Por suerte la cosa no pasó de ahí ya que, como he dicho antes, la educación (que no seriedad) de los asistentes fue ejemplar.
Otro momento a destacar en la actuación de Obús fue cuando Fortu sacó a escena e incluso hizo cantar coros a Carromato.
Para quienes no conozcáis a tan especial personaje os diré que José Ibáñez, Carromato, que asistió a todo el festival desde un lateral del escenario, es muy conocido dentro del mundo del rock y suele estar presente en infinidad de conciertos, bien como espectador o presentador o bien, desde hace un tiempo, con su propia banda, de nombre también Carromato.
Esto no tendría nada de especial de no ser porque Carromato está atado a una silla de ruedas debido a una parálisis cerebral que le impide casi incluso hablar, lo que no le ha supuesto un obstáculo para ser el vocalista de su grupo. En esta breve entrevista podéis conocer algo más sobre él y cómo el heavy le ha dado un sentido a su vida.
Y así transcurrió un festival histórico que espero se repita de vez en cuando recordando épocas mejores para el rock duro, cuando no era tan difícil encontrar este tipo de acontecimientos de manera gratuita o por poco dinero.
El concierto se grabó completo y parece ser que aparecerá en DVD y CD. Estaremos al tanto, con la esperanza de que el producto final sea un fiel reflejo de lo que allí se vivió.
Y para terminar os remito a esta otra crónica con fotos mejores que las mías, pero con impresiones parecidas, para que veáis que no soy el único que se lo pasó como un enano con un conciertazo histórico.
2 comentarios:
Yo también me lo pasé pipa, a ver si hago también mi crónica que se me amontona el curro, jeje. He visto que me has puesto un comentario en el blog viejo que tenía hace poco (www.myblog.es/pantanos693). Te invito a que te pases por mi nueva dirección, que está más completa y actualizada (el blog lo abandoné) y, si te mola, intercambiamos enlaces. Un saludo
Alex
www.heavyalex.webcindario.com
Fue la leche!!!Obus se salio!
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